



Ciro
CIRO no está pensado para impactar, sino para perdurar.
Es una casa que se ofrece como refugio, que protege sin aislar, que abraza sin sofocar. Su elegancia no viene del exceso, sino de la precisión. Del dominio del vacío. De la confianza en que la materia, cuando es bien elegida y mejor colocada, puede hablar por sí misma.
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